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Sinder y Firulay pasaron de deambular en la calle en búsqueda de comida a brindar apoyo a la policía montada en Cusco.
La historia de estos canes empezó a cambiar cuando los agentes de la unidad montada de la policía decidieron adoptarlos.
Los animalitos de inmediato demostraron su lealtad y obediencia en las tareas de vigilancia, por lo que ahora lucen con orgullo sus nuevos uniformes.
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